TENÍA 90 AÑOS

Murió el dictador Reynaldo Bignone

El último jerarca de la dictadura estaba preso por cometer crímenes de lesa humanidad. Durante su gobierno intentó garantizar impunidad a los genocidas.


El dictador Reynaldo Benito Bignone murió hoy a los 90 años en el Hospital Militar. El último presidente de la dictadura cívico-militar que usurpó el poder en 1976 estaba preso por haber cometido crímenes de lesa humanidad durante el terrorismo de Estado.

Bignone llegó al poder en 1982 en reemplazo de Leopoldo Fortunato Galtieri, cuya salida se aceleró tras la Guerra de Malvinas. Ante el rotundo fracaso del proyecto militar, convocó a las elecciones democráticas en 1983 y le entregó la banda presidencial a Raúl Alfonsín.

Ferviente defensor de lo actuado por las Fuerzas Armadas durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, Bignone dictó antes de dejar el poder las leyes de "pacificación" y "autoamnistía" con las que intentó infructuosamente salvar a los militares del juzgamiento de sus crímenes y borrar la evidencia del genocidio.

Tampoco él pudo escapar de la Justicia, que lo condenó por asesinatos y desapariciones en el centro clandestino de detención que funcionaba en Campo de Mayo, sitio que la administración PRO quiere convertir en un Parque Nacional. También fue condenado por su participación en el Plan Cóndor, que coordinó las dictaduras en el Cono Sur.


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