LUJÁN

El estado bonaerense restituyó restos humanos a pueblos originarios

En una ceremonia ritual, los restos se entregaron al pueblo huarpe el miércoles pasado en Luján. Fue la restitución más grande en el país hasta la fecha.


El miércoles pasado se realizó la restitución de restos humanos pertenecientes al pueblo huarpe, que fueron entregados a la Organización Territorial Huarpe Pinkanta, que agrupa a 14 comunidades indígenas de la provincia de San Juan. Fue la primera restitución del Estado bonaerense a pueblos originarios, constituyendo un hecho histórico.
 
En el Complejo Historiográfico Museo Udaondo, la ceremonia fue ritual, con un canto a cargo de la escritora, cantante y activista mapuche-tehuelche Carina Carriqueo, y con otros representantes de las Primeras Naciones bonaerenses. También estuvieron representados aquellos que recibieron los restos y les devolverán su dignidad.
 
En esta ocasión, se restituyeron 37 cuerpos, incluyendo cinco cuerpos completos y 30 cráneos. Los restos se establecerán en la Comunidad Huarpe Las Chacras, ubicada en el Departamento de Caucete, aproximadamente a 160 kilómetros de la ciudad de San Juan. Serán enterrados en un sitio sagrado donde se encuentran otros ancestros y caciques referentes.
 
Los restos fueron hallados hace casi veinte años, cuando se inició un proceso de identificación y preparación de restos que habían permanecido guardados en un sótano del Complejo Museográfico “Enrique Udaondo” de Luján. Fue en el marco de un Proyecto de Extensión de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) radicado en la Universidad Nacional de Luján que se comenzó a investigar los restos, que formaban parte de la Colección Gnecco del Museo Udaondo. Los trabajos fueron dirigidos por el doctor Carlos Cansanello, con los arqueólogos Alicia Tapia y Mariano Ramos. Se compone de un conjunto de elementos óseos disociados, especialmente integrados por cráneos, por restos humanos individuales conservados por momificación natural y restos culturales asociados a los entierros.
 
En el 2008, antropólogos y arqueólogos de un proyecto oficial de la Universidad Nacional de Luján se comunicaron con la comunidad Qom de San Pedro para anoticiarlos de la situación. En 2012, se realizaron reuniones con pueblos originarios en El Antigal, Primer Centro de Interpretación Indígena de la Argentina, y en el Concejo Deliberante de San Pedro. Así se logró el consentimiento de las comunidades originarias para realizar el estudio y proceder a la identificación de los restos. Ese mismo año se tomaron muestras y el antropólogo Mariano Ramos presentó un informe a las autoridades del Museo con “la identificación precisa de carácter étnico de los restos esqueletarios”.
 
El gobierno de Axel Kicillof y la gestión de Florencia Saintout al frente del Instituto Cultural pudieron hacer posible el encuentro entre los restos y la comunidad. Para la funcionaria, todo esto "se enmarca en la Ley nacional 25.517 sobre restos mortales de las comunidades indígenas y representa una importante política de reparación histórica, ante el genocidio, la colonización y cosificación de nuestros Pueblos Originarios”.



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