LA DENUNCIA FUE IMPULSADA POR LA CPM

Detuvieron a siete policías bonaerenses acusados de torturar presos

Las detenciones se produjeron luego de que siete personas detenidas en una comisaría de San Vicente denunciaran que los efectivos las sometieron a tormentos físicos y psicológicos.

Foto: Minuto Uno.
Siete policías bonaerenses fueron detenidos en las últimas horas luego de que cinco mujeres y dos hombres que estaban presos en una comisaría del partido de San Vicente denunciaran que fueron víctimas de tormentos físicos y psicológicos por parte de los efectivos. 

La investigación se había iniciado en los primeros días de marzo por intermedio de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), luego de que los detenidos en la seccional de Domselaar denunciaran torturas, golpes y tormentos físicos, verbales y psicológicos.

Las víctimas son cinco mujeres y dos hombres que estaban detenidos "en una situación de aislamiento extremo", según reportaron ante una inspección del Comité contra la Tortura de la CPM.

Tras una recorrida de integrantes del organismo de derechos humanos, la Fiscalía de Brandsen inspeccionó el lugar y comprobó que las mujeres, de entre 20 y 30 años de edad, eran alojadas juntas en una celda con sólo dos camas de cemento y un inodoro.

"No tenían acceso a cuidados médicos de ningún tipo ni recibían alimentos; sólo comían lo que sus familiares alcanzaban cada día a la dependencia policial; permanecían encerradas las 24 horas, en aislamiento extremo", informó la entidad presidida por Adolfo Pérez Esquivel.

Las detenidas aseguraron que en los últimos meses fueron víctimas de torturas sistemáticas, agresiones físicas, psicológicas y verbales; abuso sexual y hostigamiento permanente por su condición de mujer. "Están acá por putas" y "sus familias saben que son putas", eran algunas de las frases que los policías les repetían sistemáticamente, según consta en la denuncia.

Las mujeres relataron que en la noche del pasado 31 de diciembre, cuando varios policías les entregaron una sidra, las agredieron verbalmente, amedrentaron violentamente y las sacaron al patio. Con las detenidas allí, los agentes se subieron al techo enrejado y comenzaron a masturbarse y más tarde, cuando volvieron a la celda, un agente comenzó a arrojarles petardos y amenazarlas diciéndoles que les iban "a meter un tiro".

Dada la gravedad del caso, el juez platense Guillermo Atencio dispuso junto con la Secretaría de Política Criminal del Ministerio de Justicia bonaerense y la Secretaría de Derechos Humanos el traslado de las mujeres a la Alcaidía 3 de La Plata.

Luego de que las mujeres declararan ante la Fiscalía 7, a cargo de Virginia Bravo, se dispuso la detención de los siete policías. Además de la Justicia civil, tomó intervención la Dirección de Asuntos Internos.


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