- Política
- 23.01.2017
CONTINÚAN LOS DESPIDOS EN LA EDUCACIÓN
Docentes de la Universidad de La Matanza denunciaron "persecución política y gremial"
Los trabajadores de la Universidad de la Matanza que fueron echados sin previo aviso y a través de un e-mail, rechazan la medida y acusan al rector y al ministro Esteban Bullrich de tomar una determinación "injusta, desleal y antisindical".

Los despidos se realizaron sin previo aviso y vía e-mail. Los profesores dictaban clases en la carrera de Medicina, que se creó en 2012 en la UNLaM y todavía no tiene egresados. “Es una persecución política y gremial”, aseguraron desde el Conadu a Página 12.
Además, recordaron que el 30 de diciembre del 2015 fueron echados por la misma vía diez docentes, que eran considerados “seniors” dentro de la carrera, por su “conocimiento, experiencia y capacidad de formación a otros docentes”.
El 30 de diciembre de 2016 se repitió el procedimiento con otro grupo de docentes. Por su parte, El secretario académico de la universidad, Gustavo Duek, alertó a los profesores sobre las consecuencias de una posible organización, según contaron los docentes: “Si hubiera gente que tiene la intención de hacer política gremial, Gustavo Duek se va a encargar de que no estén más en la universidad”.
En el 2012 comenzó a funcionar la carrera de Medicina en la UnLaM, convirtiéndose en la primera universidad del conurbano que ofrecía esa posibilidad. Según las fuentes consultadas por Página12, era algo “muy necesario” para la zona, ya que muchos hospitales no cuentan con los médicos necesarios para cubrir todas las franjas horarias, y porque los puestos para las residencias siempre estaban vacantes.
“Cuando se normalizó la carrera, percibimos que el rectorado vio su crecimiento como una amenaza. Porque Medicina está por fuera del control férreo al que están adaptadas las otras carreras. Hay un aprendizaje pensado en el estudiante; una relación docente-alumno mucho más fuerte, ya que pasan más tiempo juntos en la universidad; además, los docentes están permanentemente en contacto, lo que generó mecanismos de organización espontánea”, contó al diario Mario Róvere.
Los docentes despedidos estaban precarizados y renovaban sus contratos cada cuatro meses, excusa que sirvió a la universidad a la hora de decidir cesantearlos. “Debido a que las designaciones de dichos docentes correspondían al período con vigencia hasta diciembre 2016, la comunicación de su no renovación fue realizada el último día hábil de dicho período, respetando el marco regulatorio vigente”, argumentaron desde la casa de estudios, como única explicación.
“Esta jubilación compulsiva, si bien desde el punto de vista legal está dentro del reglamento, es cuestionable desde el punto de vista ético, ya que desconoce el valor que estas personalidades tienen para el desarrollo del proyecto educativo en general y hacia sus respectivas unidades de aprendizaje en particular”, afirmó Sidunlam en un comunicado.
El secretario general de la federación docente Conadu, Carlos De Feo, advirtió que “el ministro Bullrich y el rector Martínez comparten la misma práctica desleal y antisindical, persiguen y despiden a los delegados”. Además “comparten la concepción elitista de la educación: Martínez fue quien acudió a la Justicia para declarar la inconstitucionalidad del ingreso irrestricto a la universidad”, denunció.
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