A 20 años de la Masacre de Avellaneda, dirigentes sociales y políticos recordaron a Darío y Maxi

Por Juan Vera Visotsky



Hace 20 años un corte en el puente Pueyrredon de Avellaneda protagonizado por movimientos sociales de desocupados derivó en una feroz represión por parte de la policía bonaerense que terminó con la vida de los militantes del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) Aníbal Verón, Maximiliano Kosteki y Darío Santillán.
 
En ese marco, los movimientos sociales realizaron una actividad en el puente donde se sucedieron los trágicos hechos, en las inmediaciones de la estación del tren Roca de Avellaneda que hoy lleva el nombre de los dos asesinados ese día. En ese lugar se realizó el acto donde se leyó una declaración común; y luego hablaron Leo y Alberto Santillán (hermano y papá de Darío), y Vanina Kosteki (hermana de Maximiliano).
 
Dentro del Frente de Todos los integrantes del Frente Patria Grande acudieron a la vigilia y al encuentro en Avellaneda. Pero también dirigentes políticos, ministros e intendentes se expresaron en conmemoración a la fecha, sobre todo recordando la emblemática tapa del diario Clarin del día siguiente que tituló el hecho con la oración: “La crisis causó dos nuevas muertes”.
 






 

Los exmiembros de la Policía bonaerense Alfredo Fanchiotti y Alejandro Acosta, autores materiales de esos asesinatos, fueron condenados en diciembre de 2005 a penas de prisión perpetua. Las últimas semanas sus abogados defensores solicitaron libertad condicional con salidas transitorias, alegando “buena conducta” de sus defendidos.
 
Los familiares de los asesinados aquella fatídica fecha reclamaron por avanzar con las responsabilidades política de este hecho, las cuales consideraron, continúan impunes.
 
Los reclamos de los movimientos de trabajadores excluidos de esos años de neoliberalismo fueron absorbidos en parte por las políticas de los gobiernos kirchneristas del 2003 al 2015, sobre todo lo que tuvo que ver con políticas de contención social. Hoy el debate sobre el rol de los planes sociales y la posibilidad de que el Estado se haga cargo de su administración pone a los movimientos sociales y su rol en el centro de la escena política.