La motosierra de Milei en la Provincia, en marcha

La industria bonaerense atraviesa uno de sus peores momentos de los últimos años

Entre enero y octubre de 2025 la producción industrial cayó un 9% en comparación con 2023. Desde la Provincia advierten un fuerte deterioro del entramado productivo, con impacto directo en el empleo y la actividad económica.



La industria bonaerense atraviesa uno de sus momentos más delicados de los últimos años. Datos oficiales muestran que entre enero y octubre de 2025 el índice de producción industrial cayó un 9% en relación con 2023, una contracción que refleja no solo el freno de la actividad, sino también un deterioro cada vez más profundo del entramado productivo.
 
Según explicó el ministro de Economía bonaerense, Pablo López, la caída es generalizada, aunque golpea con mayor fuerza a algunos rubros clave. Los productos minerales no metálicos registraron una baja del 22,6%, los productos de metal retrocedieron 22,4% y los textiles cayeron 21,1%. Se trata de sectores intensivos en empleo y con fuerte presencia tanto en el conurbano como en el interior de la provincia, lo que amplifica el impacto social de la crisis.


 
El freno productivo también se refleja en la utilización de la capacidad instalada. En términos históricos, los niveles actuales solo se asemejan a los registrados durante la crisis de 2019 y el parate provocado por la pandemia en 2020. En octubre, la utilización de la capacidad instalada industrial volvió a descender, consolidando un escenario de subutilización que limita cualquier posibilidad de recuperación en el corto plazo.
 
El caso de la industria textil resulta paradigmático. En octubre, la utilización de la capacidad instalada del sector cayó 23,3 puntos respecto de 2023, lo que expone la magnitud del impacto. Desde la Provincia señalan a la apertura indiscriminada de importaciones como uno de los factores centrales que explican este derrumbe, en un contexto en el que la producción local pierde competitividad frente a bienes importados.
 
La pérdida de dinamismo industrial también se expresa en el cierre de empresas. Desde la asunción del actual Gobierno nacional, se destruyeron más de 22.400 firmas, en un proceso que atraviesa a todos los sectores: transporte, comercio, servicios, construcción e industria manufacturera, configurando un escenario de retracción generalizada.
 
Para el ministro López, el panorama es claro: sin una mejora sostenida de los ingresos y del empleo, la producción industrial no tiene perspectivas de recuperación. La caída del consumo interno, sumada a la presión de las importaciones, reduce el mercado para las empresas locales y profundiza la pérdida de puestos de trabajo, especialmente en los sectores más sensibles.
 
En ese contexto, la industria aparece como una de las principales afectadas del actual escenario económico. Con menor demanda interna, mayor competencia externa y altos niveles de capacidad ociosa, el sector enfrenta un cuadro que combina cierre de fábricas, pérdida de empleo y un debilitamiento estructural del entramado productivo. Desde la Provincia advierten sobre la necesidad de adoptar medidas que protejan la producción y el trabajo argentino, antes de que el daño sea aún más difícil de revertir.



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