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Multitudinaria marcha en defensa de la democracia: un festejo por la vida y un llanto contenido

Una enorme multitud se congregó en la Plaza de Mayo para defender lo que consideraron un ataque a la democracia mediante un intento de magnicidio a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y NuevaBA estuvo ahí. Hubo una enorme cantidad de independientes e integrantes de otras fuerzas políticas además de la militancia peronista.

Por Juan Vera Visotsky



Un alivio. La sensación de alegría de que una de las personas más influyentes de las últimas décadas salvó su vida se combinaba con la del estado de shock que a veces se transformaba en llanto. La certeza de que aun la sociedad no toma dimensión real de lo que sucedió (y lo que pudo haber sucedido).
 
La urgencia de hacer algo, de marcar un límite a aquello que amenaza la democracia que supimos conseguir: el odio afuera. Esa fue la premisa de la manifestación del día de ayer en Plaza de Mayo y que convocó a más de medio millón de personas.
 
La convocatoria no tuvo únicamente convocatoria peronista. Hubo también presencia de partidos de izquierda como el PTS, organismos de Derechos Humanos y autoconvocades. También hubo alguna bandera radical circulando con una imágen de Raul Alfonsin y Cristina Kirchner abrazades en un homenaje al expresidente de la UCR en el año 2009.

La columna de la militancia del peronismo proveniente del sur del conurbano atravesando el puente de Avellaneda

 
Pasadas las 13 horas del inesperado feriado del 2 de septiembre, la Plaza de Mayo hervía bajo un sol primaveral que transmitía una sensación de alegría. El olor a humo de parrilla de choripan y hamburguesa “paty” clasico de las concentraciones multitudinarias le otorgó mística a la jornada que se presagiaba histórica. Algunas personas habrán sentido que así debió haber sido el 17 de octubre de 1945; aunque también sobrevolaba en la memoria colectiva el recuerdo de las pascuas de 1987, cuando un levantamiento militar amenazó con interrumpir la democracia nuevamente y deponer al gobierno alfonsinista.
 

 
Las columnas provenientes del resto del AMBA comenzaron a colmar la plaza alrededor de las 16 horas, cuando el sol todavía calcinaba los buzos y abrigos que las personas que habían salido muy temprano. Un escenario comenzó a montarse frente a la Casa Rosada alrededor de las 15 horas y a lo largo de la jornada se especuló con la posibilidad de que hubiera un cierre con discurso de la dirigencia política, que podía incluir un discurso del presidente de la Nación e incluso de la propia vicepresidenta. Finalmente esa posibilidad quedó descartada y simplemente se leyó un comunicado oficial del gobierno titulado “La paz social es una responsabilidad colectiva” y el cual finalizó con un pedido contundente: “Hacemos este llamamiento a la unidad nacional pero no a cualquier precio: el odio afuera”.


 
Antes de la lectura del documento hubo dos momentos cargados de emotividad histórica: desde los parlantes comenzaron a sonar las primeras melodías de la marcha peronista, la cual fue cantada por todas las y los presentes; a lo que le siguió los ya clásicos gritos genuinos de “Si la tocan a Cristina qué quilombo se va a armar” y “Cristina presidenta”. 
 
También se pudieron escuchar “tomala vos damela a mi el q no salta es de Clarín” cuando en el comunicado se aludió a los discursos de odio fogoneados por medios de comunicación y actores políticos en redes sociales. Finalmente sonaron las estrofas del himno nacional argentino.
 
Los vendedores de cerveza con sus conservadoras abundaron en la calurosa tarde atravesada por la sensación de que una tragedia había pasado de largo. Un clima de conmoción pero también de festejo por la vida: la vida de Cristina.



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